En la gastronomía canaria los entrantes, aperitivos o tapas reciben la denominación de «enyesque». Es el paso previo a la comida en sí, y en algunos casos, son el acompañamiento ideal de un vasito de vino o un «buchito» de ron y es común hacer comidas a base de un surtido de ellos.

Los enyesques ocupan un lugar especial por sus peculiaridades y porque son muy importantes para la vida social del canario, destacando varios: unas papas arrugadas con mojo picón, una tabla de quesos de la tierra, una escudilla de gofio escaldado con cebolla roja o unas aceitunas del país.

Las variedades del mar, como los pejines secos, las lapas o el pulpo frito, son un verdadero manjar para el isleño.

También podemos disfrutar de embutidos como el chorizo de Teror, la morcilla dulce, o un platito de pata asada.

Los enyesques crean un sinfín de sabores, para animar las reuniones y la conversación entre familiares y amigos, donde lo salado y lo picante se combinan, desafiando así a nuestro paladar.