La evolución de este oficio es una de las más interesantes en el Archipiélago. Los herreros llegaron en los primeros momentos de la Conquista y colonización, porque su labor era esencial para el mantenimiento de las naves, el abastecimiento de los ejércitos arribados o la construcción de los nuevos fortínes y edificios. De esta forma, el oficio de herrero era uno de los de mayor prestigio, y uno de los primeros en llegar a Canarias.

Una vez establecida en las Islas, la herrería se especializó en ámbitos bien diferenciados:

– Construcción de herrajes y elementos arquitectónicos. Así como todas los componentes que formaban parte de carros y otros modos de transporte.

– En el contexto rural, la producción de aperos de labranza y elementos asociados al herraje y cuidado de los animales.

– Herreros de fondo de barranco, especializados en la construcción y mantenimiento de la maquinaria asociada a la extracción de agua de los pozos.

– Especialistas en las reparaciones de embarcaciones y mantenimiento de los tinglados, convirtiéndose en esenciales para el desarrollo de las actividades portuarias.

Este oficio ha cubierto muchas necesidades de la sociedad canaria, de forma que en cada pueblo existía al menos, una herrería, cuya propiedad así como los conocimientos asociados al oficio se transmitían de generación en generación, por vía patrilíneal.

Los herreros han introducido algunos adelantos técnicos en sus talleres, como los nuevos sistemas de soldaduras: la autógena y la eléctrica con las que se manipula el hierro sin necesidad que esté candente.

Actualmente, los que trabajan en las herrerías heredadas de sus padres, tienen otro oficio principal, y a tiempo parcial realizan los objetos más demandados. Muy pocos herreros producen hoces, azadas, picos, etc. y hacen reparaciones. Los nuevos herreros se dedican a la forja artística, a la elaboración de rejas de ventanas y jardines, mientras que otros se han reorientado a la carpintería metálica.

TALLER

La relación y definición de los medios usados por los herreros tienen su punto de partida en el taller, con unas características concretas, como son unas dimensiones considerables dada la cantidad de materiales y herramientas con las que ha de trabajar.

Su ubicación está, habitualmente, en lugares apartados e independientes de la vivienda familiar, puesto que el trabajo trae aparejado, con el uso del carbón y el fuego, un ambiente muy ruidoso, emisión de humos y gases y oscilaciones térmicas. Por lo general, son de planta rectangular sin tabiques separadores, aunque sí cuentan con varias zonas muy bien delimitadas por el tipo de trabajo que se va a realizar en cada una de ellas, además carecen de buena luminosidad. El taller cuenta con cuatro zonas:

– La zona de fragua: adosada a una de las paredes.

– La zona de forja: donde encontramos el yunque y que suele estar en el centro del local.

– La zona de colocación de las herramientas.

– La pila de agua para templar las piezas.

HERRAMIENTAS

La relación y definición de los medios usados por los herreros tienen su punto de partida en el taller, con unas características concretas, como son unas dimensiones considerables dada la cantidad de materiales y herramientas con las que ha de trabajar.

Su ubicación está, habitualmente, en lugares apartados e independientes de la vivienda familiar, puesto que el trabajo trae aparejado, con el uso del carbón y el fuego, un ambiente muy ruidoso, emisión de humos y gases y oscilaciones térmicas. Por lo general, son de planta rectangular sin tabiques separadores, aunque sí cuentan con varias zonas muy bien delimitadas por el tipo de trabajo que se va a realizar en cada una de ellas, además carecen de buena luminosidad. El taller cuenta con cuatro zonas:

– La zona de fragua: adosada a una de las paredes.

– La zona de forja: donde encontramos el yunque y que suele estar en el centro del local.

– La zona de colocación de las herramientas.

– La pila de agua para templar las piezas.

MATERIAS PRIMAS

El contrapunto a la complejidad de sus herramientas lo encontramos en las pocas materias primas manipuladas por el artesano, fundamentalmente usarán el hierro y el carbón, con sus variantes. Las variedades del hierro que son:

– Hierro dulce: variedad que contiene una proporción pequeña de carbono, carece de impurezas; siendo un material de fácil manejo a una temperatura de 900ºC , por esta razón fue el más usado. Por su gran dureza y resistencia llegó a ser la principal materia prima de los aperos agrícolas.

– Hierro acerado: de gran contenido en carbono, caracterizado por su gran dureza y firmeza, se usaba fundamentalmente para herramientas de corte.

– Combinación ocasionalmente de los dos tipos de hierros, un ejemplo de objeto hecho con esta combinación es la herradura.

– El carbón empleado puede ser vegetal o, el más usado, el mineral (o también conocido como carbón de piedra). Los artesanos en las últimas décadas demandaban mucho el conocido como carbón inglés pues destacaba por calentar rápidamente y ahumaba poco.

Hay otros materiales, que podemos considerarlos de segundo orden, como el agua, usada entre otras cosas para el temple de las piezas, la madera (sólo lo encontramos en los talleres donde el artesano prepara los cabos o mangos de los utensilios que realiza), placas de soldadura usadas para unir el hierro durante ese proceso, y por último, el aceite de coches que se utilizaba para templar las hojas de los cuchillos canarios.

PROCESO DE TRABAJO

Estamos ante un oficio complejo que requiere de un procedimiento preciso, una ejecución ágil y un aprendizaje dilatado, basado en la experiencia y la observación, para minimizar esfuerzos, economizar materias primas y obtener rentabilidad.

El proceso de trabajo sigue este esquema:

– Encendido de la fragua: para ello se introduce el carbón, se rocía ligeramente con agua y se prende fuego, ayudándose del fuelle para avivar el fuego.

– Trazado del objeto: ayudándose de unos patrones para la elaboración del objeto.

– Calentado de la pieza: que ha de estar marcada previamente, para ser introducida en la fragua asegurándose de que el carbón la cubre.

– Forjado del hierro: se realiza cuando el hierro está candente, usando unas tenazas se lleva la pieza hasta el yunque donde será forjada mediante una serie de golpes con las herramientas adecuadas.

– Amolado: es el proceso consistente en sacar filo a los objetos de corte.

– Temple del objeto: los herreros dominan tres tipos de temple y estos dependen del tipo de hierro y del uso final de la pieza. El temple suave se consigue cuando la pieza adquiere un tono azul, el temple intermedio es cobrizo y el temple fuerte es blanquecino. El temple se puede hacer usando agua o bien usando escoria de carbón fría.

– Preparación del cabo o mango: esta última fase se reserva a la elaboración de aquellas piezas que lo necesiten.

TIPOLOGÍA

Los productos de la herrería son muy variados, incluyen tanto los aperos de labranza y de tiro, como los más específicos del herraje de bestias. En este sentido, no sólo produce el herrero los elementos implicados en el herraje, sino además todos aquellos que se utilizan en esta labor como el estilete, la legra, el pujavante, etc.

Así mismo, también se elaboran elementos básicos de la vida cotidiana como bisagras, cerraduras, raíles, barrenas, sachos, rastrillos, hojas de cuchillo, etc.

VIDEO

BIBLIOGRAFÍA

La siguiente información ha sido extractada de:

ELIADE, M.,(2001): Herreros y Alquimistas. Alianza Editorial, Madrid.

MURCIA SUÁREZ, M., (1997): Herreros y latoneros: El trabajo tradicional del metal en Gran Canaria., FEDAC, Cabildo de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria.

MURCIA SUÁREZ, M., (1997): «La herrería en Gran Canaria«, en EL PAJAR. Cuaderno de Etnografía Canaria. Asociación Cultural «Día de las Tradiciones Canarias». Pinolere. II Época, nº 2, Agosto, Anual, La Orotava, Tenerife.