
Es la parte del vestido que va desde la cintura hacia abajo, llegando a los pies, es una de las prendas más valoradas del vestuario dada su vistosidad.
Esta prenda también es conocida como: nagua o enagua, saya, brial, guardapié, y en el léxico popular de Gran Canaria también se la conoce como jato.
Igual de variada que su denominación, son múltiples los tipos de faldas que nos podemos encontrar, dado la diversidad de colores y de telas que se usan para su elaboración.
En Gran Canaria, en el uso de enaguas se generalizaron los colores marrones, el pardo, o bien el azul. Estas se protegían ribeteandose con un cordón encarnado, negro, o bien azul o del color de la falda.
Esta preferencia por las enaguas pardas se encontraba relacionada con su facilidad para encontrarlas o porque eran usadas en caso de promesa o de luto.
Las faldas listadas eran una de las predilectas para la mujer canaria. Su tejido se hacía en telares manuales en lamparilla y cordoncillo o revés y derecho.
Hay algunas de las listadas que por su color y orden las podemos encontrar también en otras Islas, tal y como es el caso del azul y blanco, dada la facilidad de su obtención.
El ancho de las listas solía ser igual, pero cuando se quería resaltar algún color , éste aparecería en una lista más ancha o bien con más frecuencia dentro de la trama de la tela.
El ancho de la tela estaba condicionado por el ancho del telar, por ello, también condicionaba el hecho de que la falda fuera partida, es decir, hecha de dos trozos, o bien enteriza.

Otra modalidad son las enaguas de Chorros, que eran las que tenían un adorno de diferentes filas de encajes o trozos de tela plegados. Estos encajes eran manufacturados por las artesanas, o bien por las monjas de los conventos.
Los tejidos para los chorros tenían que ser de calidad, y por ello la preferencia estaba en la muselina, la batista, la seda y los encajes.
Otro formato que también estaba bastante generalizado, eran las faldas de listado en amarillo, azul y rojo.
La falda cuenta también con una serie de peculiaridades. Entre ellas está el tema de su confección, y por otro lado está su forma. Tendrá la cintura abierta a ambos lados, y en sus extremos tiene una cinta que servirá para amarrarla ajustándola así a la cintura.
En el borde inferior de la falda tiene dos elementos para protegerla, el ribete, que es una cinta de algodón o de seda que queda a la vista y que embellece la falda a la par que la protege del roce con el suelo. Y luego nos encontramos con la barredera, que es una franja de tela que rodea todo el vuelo y lo protege.
Reemplazar estas dos piezas era más fácil y económico que hacer una falda nueva.








