
Es un distintivo del traje tradicional del canario. Es la cobertura de la cabeza, y fue usada en muchas de las Islas.
Su origen parece estar en los cascos militares, pero para el caso de Canarias hay que desviar la vista hacia lugares como Galicia, Asturias, Portugal, o Valencia. La suma de todas estas aportaciones dará como resultado la configuración del prototipo que hoy conocemos. Pero no podemos obviar en cuanto a este tema, la influencia que tuvieron los turbantes que usaban los moriscos como complemento de su vestuario.
La hechura de la montera la forman: el casco, que es de forma cónica, la visera, que está unida al casco a la altura de la frente, y la capa, que se cose al casco cubriendo el cuello y cerrándose bajo la barbilla.
La montera es una prenda generalizada en las Islas dado su bajo coste, y esto es lo que explica que, a pesar de que en Gran Canaria se contaba con una industria sombrerera, la mayoría de los hombres usaran la montera.
El interior de la montera estaba forrada normalmente de bayeta o franela encarnada. Lleva también tres borlas de seda negra que se colocaban en las tres puntas de la pieza.

Aun así, hay diferentes tipos de monteras. Hay modelos que carecen de capa, otras en cambio, tienen el casco más bajo, y las hay también que tienen el cono más largo, que suelen ser de color pardo o marrón oscuro.
El más curioso de los tipos de montera que hay, es aquel que se compone de un largo cono, esto hace que sea uno de los modelos más originales de Gran Canaria, a pesar de su procedencia portuguesa.
También se denominaba montera al gorro frigio encarnado que usaban los marineros, de hecho, en Gran Canaria se usarán hasta los años treinta, viéndose como parte de la vestimenta de los viejos» rocotes» del barrio de San Cristóbal.
Diferentes autores hablarán de la montera, su forma y uso, pero a pesar de esto, esta prenda va a contar con un surtido grupo de detractores que intentarán ridiculizar su forma.




