
El luthier o constructor de instrumentos musicales, en este caso de cuerda, realiza estas piezas de forma artesanal y cuidando de forma esmerada tanto la idoneidad de la materia prima, como cada detalle del proceso de elaboración. Esta minuciosidad es esencial, si se desea obtener una pieza hermosa y con un sonido de calidad. El valor de este tipo de instrumentos es doble, teniendo en cuenta la calidad de la pieza trabajada, y el protagonismo que mantiene dentro del folclore musical canario.

En los últimos años parece haberse mantenido e incluso proliferado levemente el número de artesanos en este sector, aunque no tanto como oficio de dedicación exclusiva, sino como actividad a tiempo parcial. Por esta misma razón parece complicado hacer un seguimiento censal de los constructores de instrumentos de cuerda. Se ha producido una evolución también en este tipo de instrumentos, más significativa ha sido en el timple, variando su morfología adaptándola para hacer timples para conciertos (como instrumentos solistas) y timples electroacústicos (técnica esta última que ya se usaba con las guitarras electricas y española, que permite mayor variedad de posibilidades y sonidos). Dentro de la adaptación electroacústica podemos incluir instrumentos como el charango, la bandurria, laúd, etc. El valor de este tipo de instrumentos es doble, teniendo en cuenta la calidad de la pieza trabajada, y el protagonismo que mantienen dentro del folclore musical canario de mayor tradición.

TALLER
Los constructores de instrumentos musicales suelen ser propietarios del taller y ubicarlos en pequeñas habitaciones independientes de la casa; actualmente, en alguna zona del garaje construido en la planta baja de la vivienda.
HERRAMIENTAS
MATERIAS PRIMAS
PROCESO DE TRABAJO



