El luthier o constructor de instrumentos musicales, en este caso de cuerda, realiza estas piezas de forma artesanal y cuidando de forma esmerada tanto la idoneidad de la materia prima, como cada detalle del proceso de elaboración. Esta minuciosidad es esencial, si se desea obtener una pieza hermosa y con un sonido de calidad. El valor de este tipo de instrumentos es doble, teniendo en cuenta la calidad de la pieza trabajada, y el protagonismo que mantiene dentro del folclore musical canario.

Los instrumentos de cuerda como la guitarra, el laúd o la bandurria, a pesar de ser generales al repertorio popular de amplias regiones de la Península Ibérica, se convierten en la base acústica de la música tradicional canaria, con sus propios matices. Mención aparte merece, el instrumento musical más específico al folclore de las Islas, el timple, cuyo sonido es el soporte melódico y rítmico de la generalidad de rondallas y parrandas, a todo lo cual hay que añadir el gran desarrollo experimentado en la última década, que lo han convertido en solista principal de la música instrumental, creada en Canarias. El constructor debe responder con eficacia a la demanda de calidad, y la mejor forma de hacerlo es con una labor que implique unos profundos conocimientos del comportamiento de los materiales y las técnicas especializadas.
 

En los últimos años parece haberse mantenido e incluso proliferado levemente el número de artesanos en este sector, aunque no tanto como oficio de dedicación exclusiva, sino como actividad a tiempo parcial. Por esta misma razón parece complicado hacer un seguimiento censal de los constructores de instrumentos de cuerda. Se ha producido una evolución también en este tipo de instrumentos, más significativa ha sido en el timple, variando su morfología adaptándola para hacer timples para conciertos (como instrumentos solistas) y timples electroacústicos (técnica esta última que ya se usaba con las guitarras electricas y española, que permite mayor variedad de posibilidades y sonidos). Dentro de la adaptación electroacústica podemos incluir instrumentos como el charango, la bandurria, laúd, etc. El valor de este tipo de instrumentos es doble, teniendo en cuenta la calidad de la pieza trabajada, y el protagonismo que mantienen dentro del folclore musical canario de mayor tradición.

TALLER

Los constructores de instrumentos musicales suelen ser propietarios del taller y ubicarlos en pequeñas habitaciones independientes de la casa; actualmente, en alguna zona del garaje construido en la planta baja de la vivienda.

HERRAMIENTAS

Las herramientas ultilizadas por los constructores de instrumentos musicales de cuerda son similares a la de los carpinteros, es por ello que podemos encontrar: cuchillas, gramiles, fresadoras, cepillos, serruchos, formones, taladros, berbiquís, escofinas, gubias, limas, sierras, lijas, pulidoras, vitolas y plantillas y el indispensable banco de carpintero.
 

MATERIAS PRIMAS

La materia prima básica es la madera. Hasta mediados del siglo XX las maderas eran cortadas y preparadas por el propio artesano, y las más se utilizadas eran: palosanto, naranjo, castaño, nogal, ciprés y moral. Con posterioridad, los constructores de instrumentos musicales se decantan por el empleo de: ébano, caoba, sangre de doncella, nogal americano, samanguila, pinsapo y pinoabeto, adquiridas todas ellas mediante importación. La madera tenía que ser cortada de un árbol que no estuviese muerto. Posteriormente, se sometía a un proceso de secado, durante el cual debía ser protegida de la humedad y del sol. Todo lo cual puede hacer que el acondicionamiento de la materia necesite mucho tiempo para ser el idóneo, a veces incluso por períodos que comprenden décadas enteras.
 

PROCESO DE TRABAJO

El proceso de producción de un instrumento musical de cuerda sigue una cadena operativa prefijada: – Preparación, formación y modelado del brazo y los aros. – Ubicación del brazo y los aros en el molde; así como la colocación y rebaje del fondo. – Colocación de la tapa y recorte del golpeador. – Colocación del puente, el diapasón y la sobrepala. – Ensamblaje de las diferentes superficies que componen el instrumento. – Acabado e incorporación de complementos. Otras labores incluidas en el proceso son las de: hacer los filetes, colocar los trastes, acuchillar, lijar o barnizar.
 

TIPOLOGÍA

Entre los instrumentos más populares y característicos de esta labor artesanal están: el timple, la guitarra, la bandurria y el laúd. Además, estos artesanos realizan otros instrumentos por encargo como: el violín, la mandolina, o piezas más específicas como el ukelele o el charango.
 

BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA

Para la elaboración de esta sección se extrajo la información de las siguientes publicaciones: CABRERA, Benito (1999): El timple. Ediciones Canariard. La Laguna, Tenerife.  MURCIA SUÁREZ, Macarena (1998): La construcción del timple en Gran Canaria. Editado por la Fedac. Cabildo de Gran Canaria. (VHS) DÍAZ GARCÍA C.F. , MORALES BRITO, CH.(2001): «El timple», en EL PAJAR. Cuaderno de Etnografía Canaria, Asociación Cultural «Día de las Tradiciones Canarias». Pinolere. II Época, nº 8, enero, anual, La Orotava, Tenerife.