
La repostería es una de las debilidades del isleño, no hay comida sin postre, y lo ideal es que éste, sea algo dulce. En la Isla hay tradición en la elaboración de postres, eso sí, las limitaciones vienen de la mano de los productos con los que se contaba. Esta última condición se contrarrestaba con imaginación.
Tradicionalmente, las Islas han sido receptoras de muchas influencias externas, y esto explica de alguna manera, la variedad de la repostería canaria.
El isleño tiene una especial predisposición a lo dulce, lo cual podía estar relacionado con una realidad económica basada en la caña de azúcar, que tuvo mucha repercusión, y también puede estar relacionado con la existencia de árboles frutales en las Cumbres y Medianías de la Isla.
En el ámbito rural, podemos degustar todavía auténticos postres canarios, que han pasado de generación en generación y cuyos ingredientes totalmente naturales, hacen del producto una excepción en el mercado de la repostería.
En cuanto a los ingredientes, el millo ya sea entero o molido, la almendra, la miel y las frutas, son la base de los postres canarios.
No hay comida canaria, que se precie sin un buen postre a base de gofio, miel o plátanos, acompañado ya sea de un buen licor o de ron de la tierra.
Hay que comentar que la repostería, al igual que la gastronomía no es un campo cerrado, cada persona, ya sea a través de su familia o simplemente por su propia iniciativa, puede utilizar diversos ingredientes, y modificar la presentación y el resultado final.
Por eso afirmamos, que tanto en la gastronomía como en la repostería, existe una tradición viva, que se va modificando con el tiempo y con los gustos, sin desmerecer tampoco la relevancia de las influencias externas.
Entre los principales postres de Gran Canaria, cabe destacar los que a continuación se exponen, que para una mejor comprensión de la naturaleza de cada uno de ellos, se ha creído conveniente agruparlos en diferentes grupos.
Por un lado tenemos aquellos que, tradicionalmente se han elaborado dentro del ámbito doméstico, y que aún se continúan haciendo, independientemente de aquellas iniciativas que hayan decidido ponerlas a la venta.
Y por el otro, están aquellas que por su complejidad, o bien por las peculiaridades de los ingredientes, son comercializadas; algunas de ellas tienen mucha tradición de venta en la Isla.
GÓMEZ LEÓN, R.C.,(1996):»La repoatería tradicional canaria. El porqué de una muestra.», en EL PAJAR. Cuaderno de Etnografía Canaria. Asociación Cultural «Día de las Tradiciones Canarias». Pinolere, II Época, nº 1, Agosto, Anual, La Orotava, Tenerife.
MILLARES, Y.,(2001): La despensa y fresquera canaria. Guía de productos artesanos agroalimentarios. Asociación Insular de Desarrollo Rural de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria.