Esta pieza es más conocida en el argot popular como cachorro, cachorra o cachorrilla. Su forma será diferente según la localidad de la Isla que lo fabrique. Esas diferencias se concentran básicamente en el ala y la copa.

Los del norte suelen tener la copa redondeada y el ala doblada hacia arriba. Los del centro de la Isla se diferencian en que tienen una copa redonda y un poco más baja y el ala es más recta. Y ya en los municipios de Firgas, Arucas y Moya, lo común, es que la copa sea más alta y redondeada y el ala un poco virada hacia arriba.

Cierto es que la producción sombrerera, a medida que evoluciona, genera otras diferencias entre las zonas de la Isla, con modelos nuevos o diferentes, o con el uso de materiales tales como la lana, el pelo de camello o la piel de conejo.

Podríamos decir que hay dos tipos de sombreros en Gran Canaria: la cachorra, que era de copa baja y redondeada y el sombrero troncocónico, que tenía la copa alta y el ala recta.

La industria sombrerera de Gran Canaria contaba, entre sus otras cualidades, con un alto nivel de producción, de hecho abastecía a gran parte del Archipiélago.

La Real Sociedad Económica se preocupó por fomentar la industria en cuestión, ofreciendo incluso, premios y ayudas por su prosperidad.

La industria del sombrero fue cayendo poco a poco ya que no podía competir con los importados, aunque a fines del siglo XIX se seguían haciendo.

La sombrerería en Gran Canaria va a influir en el uso, incluso en los tocados femeninos. Las mujeres tenían mejor acceso a los cachorros y otros sombreros por la abundancia que de ellos había, y que además tenían precios más asequibles.

A modo orientativo, y para hacernos una idea del mercado del sombrero, vamos a exponer estos datos:

– El precio de la cinta , el forro y el tinte del sombrero era de dos reales de vellón.

– El jornal estaba valorado en seis reales de vellón.

– El coste de 3/4 de lana era de cuatro a ocho reales de vellón.

Los sombreros se adornaban con hebillas de plata o de oro, dependiendo de la posibilidades económicas. Estas se colocaban trabadas en una cinta en la parte baja y delantera de la copa.

Otros adornos más molestos y menos vistosos eran: una flor, una espiga o medallitas de santos, que podían ser de plata o de mezcla con bronce.

La cachorra se ha utilizado, en el caso de las mujeres, siempre sobre un pañuelo o mantilla, lo que les proporciona una presencia más elegante.

Los sombreros para hombres, convivían con las monteras, y su modelo variaba según la zona en la que se fabricara. Ya en el último tercio del siglo XIX, la única diferencia con el sombrero femenino es el tamaño.

Una de las peculiaridades del sombrero masculinos es una referencia al sombrero de tres puntas. Éste solía ser llevado por lo señores, aunque pocas veces lo lucían puesto que tenían que llevar puestas sus empolvadas pelucas.

Dicha pieza tenía una base en forma de triángulo, donde cada una de las alas se levantaba hacia arriba de manera considerable. Podía estar decorado con guarniciones de color blanco o con cintas de color oro y plata. Su uso se generalizó en la segunda mitad del siglo XVIII, por lo que también lo podían portar las clases populares.

Fieltro de lana negro, marrón
Cachorro
Sombrero troncocónico de copa alta
Alfred Siston, 1829 (vendedor de sombreros)