
Las tejedoras, de telar horizontal manual llegaron a Canarias como mujeres de los colonos, y desde ese momento hasta la actualidad, el tipo de telar apenas ha cambiado.
Entre los siglos XVII y XVIII los telares manuales tuvieron un gran impulso, sobre todo por la explosión demográfica, y la relativa incomunicación de la áreas rurales, que debían autoabastecerse, además de disponer de materia prima como la lana en abundancia.
Zin embargo, con la mejora en los transportes y la industrialización de los textiles, en el siglo XIX este oficio empieza a decaer, incapaz de competir con las telas más baratas, abundantes y de calidad que llegaban importadas. Agravado todo ello con la pérdida del mercado colonial americano.

TALLER
Las tejedoras ejercen una labor que denominamos doméstica, por lo que su taller suele estar ubicado en la propia vivienda familiar, normalmente en una dependencia destinada a ese fin, ya que el telar no es una infraestructura móvil, donde además se guardan los materiales y se almacena producción. El telar es propiedad de la tejedora.
HERRAMIENTAS
La tejedora, además del telar manual horizontal, que es el telar tradicional canario, o telares similares importados o modernizados, también necesita de otros utensilios para llevar a cabo su labor, urdidera, devanadera, aspa, canutillos, espadilla, lanzaderas, etc.
MATERIAS PRIMAS
Entre las materias primas usadas cabe destacar las de origen vegetal como el lino y el algodón y las de origen animal como la lana de oveja, la seda y la lana de camello. La lana de oveja es una de las más empleadas, sobre todo para la confección de mantas y chaquetas.
Entre los materiales recuperados, podemos encontrar telas de deshecho cortadas en tiras, para formar ovillos, con los que se hacen tejidos de gran colorido llamados traperas.
Los tintes usados son: la cáscara de almendra para conseguir un amarillo tostado, la de cebolla para un tono amarillo dorado, la cochinilla, que ofrece una gama de escarlatas y la orchilla y el añil para obtener el azul.

PROCESO DE TRABAJO
Todo el proceso se puede sintetizar en las siguientes fases:
– Devanado de las madejas, las cuales se sitúan en la devanadera y para hacer los ovillos.
– Llenado de las cañuelas, que consiste en enrollarle el hilo alrededor, para introducirlos en la lanzadera
– Comienzo de las labores de tejido: urdido, asentado de la tela en el telar, enhebrado de lizos, enhebrado del peine, amarrado de la urdimbre y tejido propiamente dicho.
Según la forma de enhebrar los lizos, así como el número de ellos que se utilicen y también según los movimientos de pedales del telar, se obtendrá uno u otro resultado, ya que con dos lizos se obtiene el tejido liso o básico; con cuatro lizos se obtiene el tejido de jerga o cordoncillo, de espiga o de cuadros.




TIPOLOGÍA
De este laborioso trabajo se obtienen: lienzos de lana y lienzos de traperas, con los que se realizan: mantas, fajines y telas para trajes tradicionales.
Las telas confeccionadas con el telar manual representaron un gran porcentaje del consumo textil de las zonas rurales de Gran Canaria hasta finales del siglo XIX.
Otras piezas antiguas tejidas en la Isla son: colchas (de lana, algodón, y lino), manteles (de lino y algodón), toallas (de lino, algodón), capotes (de lana de oveja y camello), faldas (de lana y lino), fajas (de algodón, lana e hilo) y mantas (de lana).
VIDEOS
BIBLIOGRAFÍA
Los siguientes contenidos han sido extractados de:
GONZÁLEZ JIMÉNEZ, José Juan (1989): El telar tradicional en Ingenio (Gran Canaria). Cuadernos de etnografía nº 2. Ed. Cabildo Insular de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife.
DORADO, María (1998): Los tejidos su origen, cualidades y utilización. TomoI. Editorial: Ir Indo Edicións. Vigo.